Palabras pronunciadas por Horacio López durante el pasado Comité Central del Partido Comunista (22 Ago 08 )
Hoy, en este Comité Central, queremos rendir homenaje al camarada recientemente fallecido Leonardo Voronovitsky, más conocido por su seudónimo utilizado en sus obras sobre la Historia: Leonardo Paso.
Dentista de profesión, Leonardo trabajó desde su juventud en las organizaciones de base del Partido, comenzando a publicar pequeños artículos de divulgación histórica en la prensa partidaria a principios de los años cuarenta, manteniendo, a partir de allí, su producción sobre esta temática durante medio siglo de militancia intelectual.
Hoy en día, en que los procesos de cambios que se desarrollan en Sudamérica nos hacen sentirnos parte de los destacamentos que bregan por la segunda y definitiva independencia, y en que la cercanía de la conmemoración del Bicentenario de la primera independencia nos lleva a conocer más aquella gesta y a sentirnos más que nunca herederos de los que protagonizaron la guerra de liberación continental del siglo XIX, estamos convencidos de que el conocimiento y la justa interpretación marxista de la Historia es parte esencial de nuestro bagaje ideológico.
Nuestro partido desde su origen se preocupó en incorporar el conocimiento histórico a la ideología: ya en agosto de 1917, en el periódico quincenal La Internacional, dirigido por el joven Rodolfo Ghioldi, se planteaba “la necesidad histórica como determinante de los fenómenos sociales” y las primeras disputas sobre el significado de la historia se hacen contra la visión de Juan B. Justo reprochándole su ceguera ante la importancia de eventos como la Comuna de París y la propia Revolución Rusa, señalándole la contradicción de adherir a la lucha de clases como fuerza motora de la historia y, por otro lado, restringir la política a las reformas legislativas.
Los sucesos de la Semana Trágica de enero de 1919 y las luchas en la Patagonia desafian al PC a comenzar a escribir sobre la historia propia de la clase trabajadora en la Argentina.
Un avance en la valoración del proceso de la Revolución de Mayo lo aporta Aníbal Ponce en 1928 justificando “la clara conciencia de hacerla efectiva”, es decir, de concluirla.
Una década después es Rodolfo Puiggrós quien comienza a aportar al Partido Comunista su producción como historiador con sólido basamento marxista, publicando en 1938 Argumentos, la primera revista comunista de estudios históricos, y su libro De la colonia a la revolución de 1943, entre otros.
No es nuestro propósito aquí realizar una reseña de la evolución de las ideas sobre la Historia en el PC, pero sí aprovechar este homenaje para nombrar a algunos destacados intelectuales que aportaron a ella, en el convencimiento de que así ayudamos al permanente enriquecimiento de nuestra propia historia: Quiero mencionar a Emilio Troise, presidente de la AIAPE, dictando cursos en el Colegio Libre de Estudios Superiores o aportando con su libro Materialismo Dialéctico. Concepción Materialista de la Historia; al abogado rosarino Eduardo Astesano y su libro Juan Bautista de América, por nombrar uno de su producción. A Luis Sommi, quien fuera Secretario de nuestro Partido, con su libro, entre otros, titulado La Revolución del 90.
Creo que en este año del 90º aniversario del PC, nos enriquece recuperar, comprendiéndolos en sus tiempos, a figuras de la talla de las mencionadas, más allá del derrotero político que algunos luego asumieron.
Y aquí vuelvo al recordado Leonardo Paso, quien tiene que figurar entre los nombrados y quien fuera, también en su tiempo, un activo actor de las grandes polémicas ideológicas que atravesaron la sociedad y, por supuesto, la historiografia.
Entre sus más de 25 obras publicadas, creadas a partir de una metodología marxista, podemos destacar aquéllas que indagaron en la revolución y la independencia nacional, como De la colonia a la independencia nacional de 1963, otras que incursionaron sobre la complicada época posterior a la independencia, como Rosas, realidad y mito, 1983, o trabajos sobre temas más contemporáneos como Historia de los partidos políticos en la Argentina, 1900-1930, además de numerosos ensayos publicados como folletos.
Muchos de sus trabajos han sido referencias bibliográficas para estudiantes de Historia en universidades de América Latina y Europa, y publicados en revistas especializadas.
Paso fue secretario del Ateneo de Estudios Históricos Manuel Belgrano, fundado en 1970 y director de su publicación Cuadernos de Historia, en la que escribieron investigadores del país y del extranjero. Leonardo fue parte de la polémica intelectual que se generó, implacable, con la derecha, pero también se sumergió en los debates con las distintas vertientes del pensamiento marxista, nacionalista popular y otras corrientes.
Algún liviano crítico o celoso guardián de nuestra ideología podrá cuestionar los contenidos de sus obras, la interpretación de los hechos históricos y los personajes que resalta o critica. Y tendrá razón en hacerlo desde la ventaja de saberse protagonista del presente. Pero si algo debemos preservar en nuestra cultura es la convicción de saber que nuestra ideología, nuestra línea política, nuestra organización y nuestra mística revolucionaria son producto de la acumulación histórica a través de más de cien años de desarrollo de la lucha de clases en la Argentina y en el mundo, durante los cuales cada generación aportó lo suyo desde la óptica de lo que su época le demandaba y permitía. Todos fueron revolucionarios y soñadores de un mundo por venir, y a todos nos unió y nos une el mismo hilo conductor: el luchar por los ideales del socialismo y el comunismo.
Leonardo Paso fue producto de su época y aportó a ella. En su momento adhirió al 16 Congreso partidario, siendo consciente de que se abría otra época que nos planteaba una reformulación de nuestra línea, y por ende nuevos desafíos y nuevas interpretaciones, también por supuesto en la historiografía. Desde su humildad de militante acompañó nuevas búsquedas de algunos compañeros en ese campo, y aún en los momentos más difíciles de finales del siglo XX no perdió su optimismo histórico.
En su último libro de 1997 titulado “Democracia: Experiencias y Futuro”, fruto de sus reflexiones sobre los grandes cambios políticos y sistémicos que vivió la humanidad por entonces, afirmaba: “El hombre y la sociedad tienen porvenir en la medida que reconozcan el camino que deben recorrer y luchen en común para alcanzar tal objetivo. El porvenir está en el socialismo, aunque no se puede predecir las formas nuevas que tomará”.
Homenajeamos en el Comité Central a Leonardo Paso y con él a todos los que aportaron durante 90 años con sus luchas y sus ideas al desarrollo del Partido Comunista de la Argentina.
Pido un aplauso para honrar su memoria.
Hoy, en este Comité Central, queremos rendir homenaje al camarada recientemente fallecido Leonardo Voronovitsky, más conocido por su seudónimo utilizado en sus obras sobre la Historia: Leonardo Paso.
Dentista de profesión, Leonardo trabajó desde su juventud en las organizaciones de base del Partido, comenzando a publicar pequeños artículos de divulgación histórica en la prensa partidaria a principios de los años cuarenta, manteniendo, a partir de allí, su producción sobre esta temática durante medio siglo de militancia intelectual.
Hoy en día, en que los procesos de cambios que se desarrollan en Sudamérica nos hacen sentirnos parte de los destacamentos que bregan por la segunda y definitiva independencia, y en que la cercanía de la conmemoración del Bicentenario de la primera independencia nos lleva a conocer más aquella gesta y a sentirnos más que nunca herederos de los que protagonizaron la guerra de liberación continental del siglo XIX, estamos convencidos de que el conocimiento y la justa interpretación marxista de la Historia es parte esencial de nuestro bagaje ideológico.
Nuestro partido desde su origen se preocupó en incorporar el conocimiento histórico a la ideología: ya en agosto de 1917, en el periódico quincenal La Internacional, dirigido por el joven Rodolfo Ghioldi, se planteaba “la necesidad histórica como determinante de los fenómenos sociales” y las primeras disputas sobre el significado de la historia se hacen contra la visión de Juan B. Justo reprochándole su ceguera ante la importancia de eventos como la Comuna de París y la propia Revolución Rusa, señalándole la contradicción de adherir a la lucha de clases como fuerza motora de la historia y, por otro lado, restringir la política a las reformas legislativas.
Los sucesos de la Semana Trágica de enero de 1919 y las luchas en la Patagonia desafian al PC a comenzar a escribir sobre la historia propia de la clase trabajadora en la Argentina.
Un avance en la valoración del proceso de la Revolución de Mayo lo aporta Aníbal Ponce en 1928 justificando “la clara conciencia de hacerla efectiva”, es decir, de concluirla.
Una década después es Rodolfo Puiggrós quien comienza a aportar al Partido Comunista su producción como historiador con sólido basamento marxista, publicando en 1938 Argumentos, la primera revista comunista de estudios históricos, y su libro De la colonia a la revolución de 1943, entre otros.
No es nuestro propósito aquí realizar una reseña de la evolución de las ideas sobre la Historia en el PC, pero sí aprovechar este homenaje para nombrar a algunos destacados intelectuales que aportaron a ella, en el convencimiento de que así ayudamos al permanente enriquecimiento de nuestra propia historia: Quiero mencionar a Emilio Troise, presidente de la AIAPE, dictando cursos en el Colegio Libre de Estudios Superiores o aportando con su libro Materialismo Dialéctico. Concepción Materialista de la Historia; al abogado rosarino Eduardo Astesano y su libro Juan Bautista de América, por nombrar uno de su producción. A Luis Sommi, quien fuera Secretario de nuestro Partido, con su libro, entre otros, titulado La Revolución del 90.
Creo que en este año del 90º aniversario del PC, nos enriquece recuperar, comprendiéndolos en sus tiempos, a figuras de la talla de las mencionadas, más allá del derrotero político que algunos luego asumieron.
Y aquí vuelvo al recordado Leonardo Paso, quien tiene que figurar entre los nombrados y quien fuera, también en su tiempo, un activo actor de las grandes polémicas ideológicas que atravesaron la sociedad y, por supuesto, la historiografia.
Entre sus más de 25 obras publicadas, creadas a partir de una metodología marxista, podemos destacar aquéllas que indagaron en la revolución y la independencia nacional, como De la colonia a la independencia nacional de 1963, otras que incursionaron sobre la complicada época posterior a la independencia, como Rosas, realidad y mito, 1983, o trabajos sobre temas más contemporáneos como Historia de los partidos políticos en la Argentina, 1900-1930, además de numerosos ensayos publicados como folletos.
Muchos de sus trabajos han sido referencias bibliográficas para estudiantes de Historia en universidades de América Latina y Europa, y publicados en revistas especializadas.
Paso fue secretario del Ateneo de Estudios Históricos Manuel Belgrano, fundado en 1970 y director de su publicación Cuadernos de Historia, en la que escribieron investigadores del país y del extranjero. Leonardo fue parte de la polémica intelectual que se generó, implacable, con la derecha, pero también se sumergió en los debates con las distintas vertientes del pensamiento marxista, nacionalista popular y otras corrientes.
Algún liviano crítico o celoso guardián de nuestra ideología podrá cuestionar los contenidos de sus obras, la interpretación de los hechos históricos y los personajes que resalta o critica. Y tendrá razón en hacerlo desde la ventaja de saberse protagonista del presente. Pero si algo debemos preservar en nuestra cultura es la convicción de saber que nuestra ideología, nuestra línea política, nuestra organización y nuestra mística revolucionaria son producto de la acumulación histórica a través de más de cien años de desarrollo de la lucha de clases en la Argentina y en el mundo, durante los cuales cada generación aportó lo suyo desde la óptica de lo que su época le demandaba y permitía. Todos fueron revolucionarios y soñadores de un mundo por venir, y a todos nos unió y nos une el mismo hilo conductor: el luchar por los ideales del socialismo y el comunismo.
Leonardo Paso fue producto de su época y aportó a ella. En su momento adhirió al 16 Congreso partidario, siendo consciente de que se abría otra época que nos planteaba una reformulación de nuestra línea, y por ende nuevos desafíos y nuevas interpretaciones, también por supuesto en la historiografía. Desde su humildad de militante acompañó nuevas búsquedas de algunos compañeros en ese campo, y aún en los momentos más difíciles de finales del siglo XX no perdió su optimismo histórico.
En su último libro de 1997 titulado “Democracia: Experiencias y Futuro”, fruto de sus reflexiones sobre los grandes cambios políticos y sistémicos que vivió la humanidad por entonces, afirmaba: “El hombre y la sociedad tienen porvenir en la medida que reconozcan el camino que deben recorrer y luchen en común para alcanzar tal objetivo. El porvenir está en el socialismo, aunque no se puede predecir las formas nuevas que tomará”.
Homenajeamos en el Comité Central a Leonardo Paso y con él a todos los que aportaron durante 90 años con sus luchas y sus ideas al desarrollo del Partido Comunista de la Argentina.
Pido un aplauso para honrar su memoria.
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